Zapatero a tus zapatos
Había llegado a la conclusión que es un verdadero pecado que un tipo como yo malgaste su vida trabajando, así que una mañana llamé a la empresa y les presenté mi renuncia con carácter de indeclinable. Era hora , dijo el Gerente, no olvides mandar el telegrama , y cortó sin más. No me enojé en ese momento porque sé que el tipo es un cabrón y pensé que estaba “sangrando por la herida”. Me enojé cuando supe que apenas recibió el telegrama de renuncia salió a festejar. Qué te aproveche hijo de puta, ya me vas a extrañar… Como no sirvo para estar sin hacer nada y como no soy ningún vago me anoté para tomar clases de golf. No se dan una idea a la velocidad a la que aprendía; el “profe” me dijo que si hubiese empezado unos años antes sería un Tiger Woods. Lo único malo fue que las clases de golf eran carísimas y rápido me quedé sin un peso. Necesitaba conseguir un ingreso pero ni loco volvería a trabajar bajo patrón, yo estaba para más, yo podía hacer cosas importantes pero necesitaba libert
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